Mujer y tecnología, como una sola

La energía solar es una de las alternativas más limpias para favorecer el acceso en las poblaciones aisladas de la red convencional;  por ejemplo, la energía fotovoltaica permite el acceso a iluminación, comunicación, educación, salud y según los niveles de innovación e inversión, potencia los procesos productivos.

Un sistema fotovoltaico se basa en la conversión de la captación de la radiación solar y su transformación en electricidad, energía que la comunidad Real Beni ha utilizado para la implementación de un sistema de refrigeración que beneficia directamente a la Asociación comunal de mujeres, con un efecto indirecto, pero no menos plausible, a las familias de la comunidad en general.

La comunidad de Real Beni es una comunidad que se encuentra aproximadamente a media hora de Rurrenabaque (Beni, Bolivia), dentro de la Reserva de la Biosfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas. Esta comunidad se caracteriza por ser pesquera; sin embargo, no contaba con las condiciones adecuadas para poder generar ingresos económicos a partir de su vocación productiva, porque gran parte de su producto se echaba a perder gracias a las altas temperaturas características de la región y la distancia y costos de acceso al mercado local más cercano.

 

Practical Action en el marco de los objetivos de fortalecimiento y consolidación de la resiliencia en las comunidades, propuso un sistema de paneles solares que permitan el uso de energía para la conservación de productos, inicialmente, pesqueros;  junto con Green Empowerment implementaron un sistema de enfriamiento fotovoltaico que logró el objetivo, pero además permitió a la Asociación de mujeres proyectar sus horizontes de emprendimiento desde el sistema de refrigeración para la venta de pescado, hasta una tienda que genera beneficios económicos para estas señoras y sus familias a partir de actividades menores como la elaboración de helados, venta de jugos y refrescos congelados, gelatinas, etc., promoviendo la sostenibilidad de la tecnología, capacidades de organización y mejorando la dinámica económica y por ende la calidad de vida de las personas de esta comunidad.

“Este proyecto es un beneficio para nosotras porque antes no teníamos dónde guardar nuestro pescado y tampoco podíamos comprar hielo”. Roxana Supa es la presidente de la Asociación, recuerda cómo surgió la idea de implementar un sistema de refrigeración fotovoltaica en su comunidad y el beneficio para las y los pobladores, pero además cómo les ha permitido comenzar nuevos emprendimientos.

“Nosotras no sabíamos cómo funcionaba esta energía, pero de pronto llegaron Soluciones Prácticas [Practical Action] y nos dieron capacitaciones sobre la tecnología, cómo manejar, controlar y mantener el freezer e incluso cómo poner la temperatura”.

De igual forma, Hilda Villca, parte de la Asociación, comentó que de las 14 señoras que empezaron 5 mujeres se permitieron seguir con todo el proceso y actualmente, con el apoyo de sus compañeros, operan y mantienen el sistema, pero, además, potencian los emprendimientos que han surgido.

Estas 5 señoras están a cargo del centro de acopio y de prestar el servicio a la comunidad, con los ingresos que reciben se ha creado un fondo para asegurar la sostenibilidad de la tecnología y cubrir los tiempos prestados en esta empresa.

Con el tiempo y por los ciclos del pescado, que difieren en volumen a lo largo del año, estas mujeres ampliaron su rango de acción con el objetivo de mantener el sistema fotovoltaico y el emprendimiento; comenzaron con la venta de otros productos como carne de res, pollo, verduras y refrescos fríos.

Durante todo el año, el sistema beneficia a un centro de acopio de todo tipo de carnes,  permitiendo una mayor rentabilidad.

Las mujeres se han organizado para sacar adelante el emprendimiento y poder acomodar sus tiempos a los diferentes roles que cumplen dentro de sus familias y en la comunidad; pero eso sí, el centro de acopio y tienda funcionan durante todo el día. “Cuando entramos a trabajar hacemos hielo, tenemos un cuaderno donde registramos lo que hemos trabajamos para llevar el control. De igual forma nos organizamos para tener una rendición de cuentas cada semana y así ver cuánto hemos ahorrado para en un futuro comprar otro freezer”, comenta Roxana.