“Seremos una escuela productora de hortalizas”: la innovación tecnológica y las visión emprendedora de una escuela en el Altiplano Boliviano

By Mónica Cuba Iriarte On 28.01.2022

Colquencha es un municipio ubicado en la provincia Aroma del departamento de La Paz, dista 59 km de la ciudad capital. Su población alcanza cerca de las 10.ooo personas, de las cuales se estima que cerca de un 33% se encuentran en edad escolar (5 a 18 años)[1].

La altitud máxima de este municipio es de 4 253 m s.n.m. Con una temperatura mínima que alcanza los -4 °C, es común sentir el viento helado soplar en el paisaje altiplánico de cielo despejado. Entre enero a abril se inunda con flores blancas y moradas que celebran el cultivo de la papa que junto a la cebada son los cultivos priorizados en la zona y base de su subsistencia.

Colquencha cuenta con 11 unidades educativas. Sin embargo, datos del PTDI señalan que, si bien el 100% de estos establecimientos cuentan con energía eléctrica, “… el 70 % cuenta con servicio de agua por red de cañería y un 30 % la extrae de pozo o noria; para la eliminación de excretas, el 85% de las unidades educativas utilizan cámara séptica o pozo ciego, muy pocas unidades cuentan con baños apropiados, la mayoría solo tiene letrinas que en situaciones extremas llega ser compartida por profesores y alumnos”.

Machacamarca, centro político de este municipio y uno de los territorios con mayor población, tiene 3 unidades educativas con niveles de educación primario y secundario. La unidad educativa Eduardo Abaroa concentra a un promedio anual de 160 estudiantes inscritos solamente en el nivel superior.

Justamente en esta unidad educativa, el proyecto Escuelas saludables generó alternativas para mejorar el rendimiento educativo, aumentando la asistencia a la escuela, especialmente de las niñas, a través de la implementación de agua caliente y biohuertos con el uso de energía solar para mejorar prácticas de higiene y hacer frente a la desnutrición crónica de la región. Estas acciones  fortalecen la implementación del Modelo Educativo Socio Comunitario Productivo (MESCP) propuesto en el marco de la Ley 070 Avelino Siñani y Elizardo Pérez (2010).

Practical Action junto a los y las estudiantes,  la junta escolar y la dirección de la unidad educativa trabajaron en la construcción, capacitación y gestión de diferentes tecnologías que dan respuestas a varias de las carencias mencionadas, pero que además promueven la participación social comunitaria dentro del proceso educativo, “tal como lo plantea el MESCP” (a partir de Romero et all., 2019).

Agua caliente en las escuelas, un sueño de la comunidad

Si bien, al inicio del proyecto, la escuela contaba con un módulo de baños para el uso de estudiantes hombres y mujeres, se construyó un módulo más de baños que permite el acceso a baños diferenciados; y un módulo de ducha (con agua caliente) y vestidor que mejora el acceso a servicios dignos y fortalecen las prácticas de higiene de la comunidad educativa.

Para el acceso a agua caliente, se instaló un sistema de energía termosolar[2] con capacidad de 150 l de agua caliente (aprovechamiento de los rayos solares) y una distribución de 450 litros de agua atemperada (gracias a la combinación con agua fría).

El 40.51% de las viviendas no tienen acceso a energía eléctrica (INE). Héctor Huanca, mallku de la comunidad menciona que para esta población el acceso a energía eléctrica representa un gasto que no todas las familias pueden cubrir;  son contadas aquellas que cuentan con una ducha en la casa. Su esposa Lea Fernández (mamá t’alla de la comunidad) cuenta que el aseo personal lo realizan con bañadores y agua fría de los pozos.

“En el pueblo no tenemos agua caliente, solo utilizamos el pozos y unas pilas que no todos tienen. Que haya agua caliente aquí en la unidad educativa es bueno para nuestros hijos”, señaló por su parte Lourdes Huchani, madre y actualmente parte de la Junta escolar de Eduardo Abaroa.

Los padres y madres se mostraron conmovidos por el acceso de sus hijos/as a esta tecnología; pero además, por las instalaciones mejoradas de los baños con acceso a agua, lo que permitirá el mejor uso y limpieza de estos servicios y menor ausencia de las jóvenes durante sus ciclos menstruales: “a veces por lo que los baños están sucios ya no entra y llega aguándose a la casa” comentó Lea, feliz de que esto cambiará para su hija con las mejoras realizadas.

“En ninguna parte del municipio se ha visto esta tecnología, para nosotros es una novedad y una alegría, porque a partir de esta tecnología podemos ir desarrollando a nivel de las familias” señaló el  mallku de la comunidad, quien hablo de esta unidad educativa como una vitrina para inspirar al desarrollo de la comunidad y del municipio.

Agradecido, Héctor Huanca también mencionó: “La implementación de esta tecnología, que es sin costo en cuanto al manejo, es para agradecer a la Madre Tierra y sobre todo al Tata Inti (padre Sol) que nos va a proveer este calor mediante el uso de la tecnología».

Asistencia digna y segura para estudiantes en edad menstrual

El proyecto Escuelas saludables trabajó un procesos de sensibilización junto a las y los estudiantes  de la unidad educativa, a través de una serie de talleres teóricos y prácticos sobre el lavado de manos e higiene menstrual. El último tema se enfocó especialmente en  estudiantes mujeres en edad menstrual y sus mamás; a través de información y en alianza con actores de salud, se buscó disminuir la ausencia de las estudiantes del nivel secundario a clases, durante el ciclo menstrual, aprovechando la mejora de las instalaciones de servicio higiénico diferenciados y el acceso a agua caliente.

Raquel Choquetilla, médica interna en el centro de salud de Machacamarca, participó en uno de estos talleres. Como centro de salud abordaron temas de desarrollo en varones y mujeres, así como el uso de anticonceptivos; “en el caso de las señoritas vimos qué cuidados deben tener durante la menstruación y como la higiene adecuada ayuda a prevenir algunas enfermedades».

María tuvo su primer ciclo menstrual a los 12 años, reaccionó sorprendida y asustada pero su mamá rápidamente le explicó de que se trataba, muchas niñas no corren con la misma suerte. Hablar de la menstruación, y de forma abierta, resulta todavía un tema de tabú a nivel de las comunidades, mencionó Choquetilla, resaltando la necesidad de información que se presentó en este grupo. “Me gustaría apoyar a otras [niñas/ jóvenes] a hablar de estas dudas, yo cuando tengo dudas pregunto a las enfermeras” mencionó María.

Lizeth, otra estudiante, mencionó que “el aseo personal y el uso de las toallas higiénicas en esa etapa es importante. Yo, al principio me sentía tímida y temerosa por hablar de estos temas que solo aprendí con mi mamá, pero después hablando con mis amigas nos dimos cuenta que es un proceso de desarrollo natural”.

“Hemos explicado las diferentes alternativas que existen para esos momentos, como el uso de toallas higiénicas entre otros y también el uso recomendado de jabones neutros para la “zona V” que es muy importante para una correcta higiene”, mencionó la interna en medicina. Las toallas higiénicas se pueden adquirir en una pequeña feria del pueblo; sin embargo, el acceso a productos más específicos como jabones neutros, puede ser limitado en áreas rurales.

El acceso a módulos diferenciados y a agua caliente permitirá que estudiantes mujeres durante su ciclo menstrual tengan la confianza suficiente de utilizar los servicios higiénicos sin vergüenza o temor al juzgamiento de sus compañeros, quienes además fueron informados y sensibilizados sobre este proceso.

Escuelas saludables y productivas

Según el último Plan Territorial de Desarrollo Integral (PTDI) este municipio subsiste  con la “producción agrícola y pecuaria aunque en menor escala, sus rendimientos económicos con respecto a estos dos tipos de producción solo les permiten su auto alimentación y en algunos casos les permite la comercialización”.

Además de los vientos y la helada, la sequía es una de las principales amenazas a los medios de vida agropecuarios en este territorio. Según datos del SENAMHI en los últimos años se tuvo un promedio de precipitación de  38.93 mm, con un decrecimiento mayor en los meses de mayo a agosto. Como consecuencia se retrasa la siembra de los cultivos, existe un bajo rendimiento de las cosechas, pérdida de la producción y de la cobertura foliar en pastizales, con una consiguiente erosión de los suelos (PTDI,2016).

Uno de los principales problemas de salud en el municipio de Colquencha, reflejado en el PTDI, es la desnutrición infantil, la cual está ligada a la mortalidad, el 8,5% de esta población. Existe una deficiencia calórica y proteínica que amenazan al sistema inmunológico.

Como se mencionó, el Modelo Educativo Socio Comunitario Productivo, es parte de la propuesta de educación dentro del Estado Plurinacional de Bolivia, esto incluye procesos productivos instalados dentro de las unidades educativas y los presupuestos socio productivos que además hacen a la partición de diferentes actores relacionados.

El proyecto aportó a movilizar estos espacios, integrando por ejemplo la participación e inversión de la comunidad y de los padres y madres de familia en un biohuerto que aprovecha la energía solar en carpa e innova con un sistema de riego automatizado por goteo que incluye el fertirriego. Este sistema de riego llega a conducir el 90% del recurso hídrico lo que disminuye el consumo habitual destinado al riego hasta un 30%.

El ahorro de agua y tiempo, paralelos al incremento de la producción ecológica son características importantes de este sistema. “Vamos a ahorrar en agua, cuando teníamos carpas solares regábamos con baldes” diferenció Héctor Huanca; mientras que Lea comparó el tiempo destinado para la recolección de agua: “Es automático, eso es una maravilla para mí; de por sí no más [las lechugas] están creciendo”.

El fertirriego es parte de las actividades programadas para esta gestión, la comunidad educativa elaborará abono foliar ecológico que será usado en la tecnología para el cuidado del suelo y en beneficio de los cultivos.

La implementación de los biohuertos fue acompañada con talleres de limpieza, manejo de alimentos y nutrición: pero además se reforzaron las prácticas productivas familiares bajo un enfoque agroecológico que apunta a la disponibilidad de alimentos diversificados y saludables. “Yo he visto que por curso preparan sus ensaladitas, les explican de cada producto, sus beneficios” afirmó la mamá t’alla.

Wilson Saravia, director de esta unidad educativa, señaló que es importante que sus estudiantes trabajen con el profesor para reforzar estos conocimientos y que el profesor se apropie de la tecnología como herramienta y espacio de enseñanza.

En esta escuela ya se instauraron varios acuerdos como el que la parte de producción en el biohuerto está asignada al 5to grado de secundaria (pre promo);  cada año  la promoción tendrá la responsabilidad de capacitar en las prácticas productivas, el uso de la tecnología y el aprovechamiento de los cultivos  al curso responsable de esa gestión.

Los biodigestores son un punto de encuentro de las áreas con las que se trabajaron en esta unidad educativa: agua, saneamiento e higiene y el área productiva. “El sistema de biodigestor autolimpiable tiene el propósito de brindar solución a la problemática de la disposición y uso inadecuado de los desagües, así como también de los lodos generados por su tratamiento. Este sistema necesita ser conectado a un sistema de abastecimiento de agua para su funcionamiento” (Reza. 2017).

El mecanismo de funcionamiento dentro del biodigestor sanitario separa la materia sólida de la líquida, que a través de un proceso anaeróbico permite obtener como productos agua para riego y fertilizantes aptos para la producción agrícola.

La importancia de la gestión y la sostenibilidad

La gestión social es parte importante para el mantenimiento, gestión y sostenibilidad de estas tecnologías. En este sentido el proyecto trabajó  en ambos municipios con cerca de 400 estudiantes, 2 juntas escolares, padres de familia y planteles de profesores para el uso, operación y mantenimiento de las mismas.

Saravia enfatizó en lo siguiente: “es importante la capacitación de los estudiantes; en cada curso se irán formando a los líderes, habrán comisiones  responsable de maestros, para que supervisen la producción, el uso de la tecnología, etc.”. Este director además mencionó que otros actores como los padres y madres, personal de mantenimiento, serán capacitados, mientras que los estudiantes reforzarán sus capacidades durante la siguiente gestión; esto tiene el propósito de lograr la integración de actores dentro del proyecto productivo de la unidad: pero también para asegurar el funcionamiento de las tecnologías instaladas en Eduardo Abaroa.

La junta escolar tiene la responsabilidad de hacer el mantenimiento anual de las tecnologías con las que la esta escuela cuenta, este rol será  formalizado por acta y será compartido con futuros representante de este espacio. “Esto beneficia a sus hijos y tienen que ser también para el beneficio de las siguientes generaciones” afirmó el director de la unidad educativa.

Visión sostenible y de emprendimiento productivo

A finales de la gestión pasada, el director junto a sus estudiantes  y representantes de las madres y los padres de familia sembraron forrajes falares, con tolerancia alta a la humedad, en el área cercana al biodigestor que serán regados con el líquido producto del proceso de descomposición anaeróbica.

Esto no es casualidad puesto que actualmente el director está gestionando un segundo proyecto productivo de cunicultura (crianza de conejos cuyes) que al concretarse permitirá la venta de estos animales a la comunidad, ya sea para el consumo de su carne como para la crianza y diversificación de la economía familiar. Lo que es cierto es que esos recursos serán invertidos en carpas solares para cada grado de secundaria: “No es casualidad que hable en plural, porque esta unidad  educativa tiene planificado llegar a tener seis carpas solares, una por curso en los siguientes seis años;  y consolidarse como una unidad educativa productiva con bachilleres emprendedores con alto conocimiento agrícola”.

“El alcance ha superado lo planificado, inicialmente no pensábamos que la comunidad sería parte del proyecto. Esta comunidad está invirtiendo con  recursos económicos dentro de la unidad educativa para complementar estas tecnologías” mencionó  Porfirio Choque, responsable del proyecto, quien detalló que si bien la comunidad está comprando el transformador que regulará la carga de electricidad, el gobierno municipal invertirá en sistemas de agua complementarios. Esta articulación potencia a la unidad educativa como un centro piloto y vitrina de tecnologías para la comunidad y el municipio: “Tener una tecnología así tendrá un efecto multiplicador, viendo los resultados que generará la carpa solar, el impacto será positivo” mencionó al respecto Héctor Huanca.

El proyecto Escuelas saludables benefició a más de 300 estudiantes.  Practical Action (Soluciones Prácticas) estuvo a cargo de su implementación en alianza con Green Empowerment y en coordinación con las unidades educativas Eduardo Abaroa  (Colquencha) y San Marcos (en el municipio Collana), sus juntas escolares, autoridades comunales y ambos gobiernos municipales. Estas acciones fueron posibles gracias al financiamiento de EKOenergy Ecolabel y Christadelphian Meal-a-day.

——–

[1] En 2017 Sedes difundía datos que en el municipio existían 3366 estudiantes registrados.

[2] Estos sistemas termosolares utilizan la energía solar para la generación de calor y emplea el efecto termosifón para la circulación de agua entre sus componentes.

Referencias utilizadas

Por: Mónica Cuba Iriarte (Practical Action)