Agua para Buena Vista, un sueño para esta comunidad

Sin duda alguna el agua es un elemento decisivo para lograr economías rurales equitativas, sostenibles y productivas. También es necesaria para garantizar la seguridad alimentaria, la salud y la higiene, así como la producción agrícola para mejorar los medios de vida rurales (Oficina Internacional de Trabajo, 2019).

Los medios de vida dependen en gran parte de un suministro de agua adecuado. Sin embargo, durante las últimas la escasez del recurso hídrico va en ascenso, con un efecto directo sobre los medios de vida productivos. La comunidad de Buena Vista, no es la excepción. 

Cerca de 180 familias habitan esta comunidad, la mayoría de ellas se dedica a la producción agrícola o trabaja en los aserraderos. Bella Vista es una de las comunidades más aisladas de San José de Chiquitos; está ubicada a 69 km de la capital del municipio lo que se traduce en 2.5 horas por carretera. 

Uno de los mayores problemas que enfrenta esta comunidad es la falta de agua potable. A pesar de que cuentan con un pozo de agua, éste no logra abastecer a todas las familias de la zona, por lo que la comunidad ha tomado la decisión deracionalizar el líquido elemento.

Uno de los efectos de esta disposición es el consumo creciente de agua del río que muchas veces contiene bacterias que llegan afectar la salud, en el corto, mediano y largo plazo, sobre todo en las niñas, niños y adultos mayores que viven en la comunidad. 

Graciela Campo (28 años) cuenta que al día solo tienen agua entre 15 a 20 minutos, momento en el que toda la comunidad debe aprovechar y almacenarla para su consumo diario familiar en baldes y ollas: 

“Yo logro almacenar unos 200 litros, a veces menos, pero eso solo me alcanza para cocinar, por lo que muchas veces tenemos que ir hasta el río a traer agua para bañarnos o regar nuestros huertos, sin embargo, últimamente el río se ha ido secando y muchos de nuestros niños se han enfermado por lo que ya no es muy seguro tomar esa agua”.

Algo similar cuenta Maggi Guasania, una mujer de 50 años que vive con su esposo, hijos y nieta. Esta familia vive a unos 400 metros de la plaza principal de Buena Vista, en un barrio nuevo de la comunidad, por lo que ni siquiera tienen un sistema de agua potable instalado y a la fuerza deben consumir agua del río. 

“Ojalá que con las mejoras que se están haciendo al sistema de agua, el barrio donde yo vivo también pueda contar con agua, ya que somos unas cinco familias que no tenemos acceso”, señala Maggi.

Wilson Hurtado, cacique de la comunidad, cuenta que desde hace más de dos años la comunidad carece de agua y que el río es la única fuente, sin embargo, con el tiempo, éste ha disminuido su caudal y ha sido contaminando por lo que muchas veces ha llegado afectar a la salud de las y los comunarios.

El agua y los medios de vida

La horticultura familiar sigue siendo parte de la cotidianidad de los espacios comunales, y poco a poco estas prácticas comienzan a poblar también las ciudades. 

En Bella Vista los medios de vida de las familias no solo se basan en sus huertos, sino que, en muchos casos, en parcelas de producción agrícola (entre otros). Por lo tanto, la escasez del agua y la inevitable racionalización, afecta que se cuente recurso para el riego de sus cultivos, amenazando la disponibilidad de alimentossobre todo para niñas y niños, lo cual además conlleva un efecto directo en la nutrición y salud de la población. 

La escasez de agua, en la zona, provoca además efectos en otros recursos naturales como el suelo, con evidentes efectos en la biodiversidad que compone este ecosistema: seres humanos (cultura), fauna, flora.

¡Este es un problema mundial, y su solución es un objetivo global, que comienza en lo local y ahora!

En Bella Vista, una comunidad en la Chiquitania boliviana, como en otras comunidades de la región, el proyecto Chiquitania Resiliente inició un trabajo colaborativo con la comunidad y personal técnico municipal, para mejorar susistema de agua.

Con la instalación de una bomba sumergible, que ayudará a bombear el agua subterránea y la implementación de un sistema de cloración, se tienen previsto que la población acceda al agua, no solo para la preparación de alimentos, sino para la rehabilitación de la producción agrícola. 

La comunidad está trabajado arduamente para que esto suceda y está muy emocionada. Por fin contarán con este servicio básico y saben que la población es protagonistas para que esto se haga realidad, “nosotros como comunidad nos hemos organizado para que todas y todos ayudemos con mano de obra y vamos hacer todo lo que esté en nuestras manos para que Buena Vista sea una comunidad con agua lo más pronto posible”, señaló Wilson Hurtado, emocionado y agradecido con el proyecto Chiquitania Resiliente.